Ecce Homo - Cuadro

Jesucristo está representado de medio cuerpo, coronado de espinas, con la mirada al suelo y semblante sereno. Lleva las manos atadas con una cuerda entre ellas y esa misma cuerda se las une al cuello. Porta un manto rojo, paño de pureza blanco, una caña como cetro y una corona tejida con espinas. Tras su cabeza aparece un halo de luz que denota su condición divina. Esta imagen del Ecce Homo, con todos los atributos canónicos, se inspira en el episodio en que Jesucristo es condenado a muerte ante la multitud en el Pretorio. En este caso aparece sin acompañamiento, ni de Pilatos ni de otros posibles personajes. Este modelo de Ecce Homo es muy repetido desde el principios del s.XVI gracias a los grabados y su gran difusión.